News: Diocese allows social gatherings, continues mask requirement
January 31, 2021
Bishop William Joensen shares the following message with the faithful of the Diocese of Des Moines:
Dear Friends in Christ,
As we continue to live in the midst of the coronavirus pandemic, there are many signs of hope on the horizon, including a steady decline of positive cases and hospitalizations, an almost non-existent flu season, and the increased availability of COVID vaccines. Even as conditions improve, we are aware that we have not yet emerged from the pandemic, and continued vigilance and precautions are needed.
With these considerations in mind, as of February 2, 2021, the Feast of the Presentation, I am lifting the suspension on social gatherings, and resuming Phase III of the regathering protocols. This adjustment permits pastors’ and parish discernment whether to host meetings of various kinds, including social gatherings, with a maximum attendance cap of 100 people. While social gatherings are permitted, parishes retain discretion to discern which events are prudent to host, and whether a smaller attendance cap is warranted, contingent on the size of the gathering space and for other worthy reasons.
I also hereby extend the mask requirement at all public Masses, sacramental celebrations, and other events in Church buildings beyond February 2, 2021. This requirement will remain in place through Divine Mercy Sunday, April 11, 2021, at which time it will again be reconsidered. This decision corresponds to the recommendations of public health experts within the local medical community. Information about all our regathering protocols can be found on the diocesan website.
I believe these decisions prioritize our ability to continue to worship God as Christ’s Body, and best serve the common good. We have all been challenged in various ways, and at this stage of the pandemic COVID fatigue can set in. While all mitigation efforts require sacrifice, we remain vigilant and find consolation and strength in the essentials of our faith. We meet Jesus in the Eucharist, who calls the weary and burdened to himself and offers us spiritual rest (Matthew 11:28). We know that even in the midst of uncertainty and fear, God’s providential care accompanies us, for his love never ends.
May we continue to be agents of unity, peace, and hope to our parishes and to our local and larger communities. Let us continue to lift one another up in prayer and solidarity in the Spirit.
Queridos amigos en Cristo,
Conforme seguimos viviendo en medio de la pandemia del coronavirus, hay muchas señales esperanzadoras en el horizonte, incluyendo un constante declive en los casos positivos y en las hospitalizaciones, una casi inexistente temporada de influenza, y un aumento en la disponibilidad de vacunas contra el COVID. Aunque las condiciones están mejorando, estamos conscientes de que aún no hemos salido de esta pandemia, y necesitamos seguir alertas y tomando precauciones.
En base a estas consideraciones, a partir del 2 de febrero del 2021, la Fiesta de la Presentación, levantaré la suspensión de reuniones sociales y reanudaremos la Fase III de los protocolos de reuniones. El ajuste permite el discernimiento a los párrocos y a las parroquias respecto a llevar a cabo reuniones de varios tipos, incluyendo reuniones sociales, con un límite máximo de asistencia de 100 personas. Aunque se permitan las reuniones sociales, las parroquias siguen manteniendo la discreción de discernir el tipo de eventos que es prudente llevar a cabo, si se requiere un límite máximo menor, dependiendo del tamaño del espacio para las reuniones y otras razones que consideren necesarias.
Por el mismo medio declaro la ampliación de la obligación del uso de mascarillas en todas las Misas públicas, celebraciones sacramentales y otros eventos en los edificios de la Iglesia más allá del 2 de febrero del 2021. Este requerimiento seguirá en pie hasta el Domingo de la Divina Misericordia el 11 de abril del 2021, fecha en la cual se reconsiderará la medida. Esta decisión corresponde con las recomendaciones de expertos en salud pública y la comunidad médica local. Pueden encontrar toda la información sobre los protocolos para volver a reunirnos en la página web de la diócesis.
Creo que estas decisiones ponen como prioridad nuestra posibilidad de seguir alabando a Dios como Cuerpo de Cristo, y la mejor forma de servir el bien común. Todos hemos sido afectados en varias formas, y en esta etapa de la pandemia del COVID podemos sentirnos fatigados. Aunque todos los esfuerzos de mitigación requieren sacrificios, debemos permanecer alertas y encontrar consuelo y fuerza en lo esencial de nuestra fe. Encontramos a Jesús en la Eucaristía, quien llama hacia sí a los cansados y a los agobiados ofreciéndoles reposo espiritual (Mateo 11:28). Sabemos que en medio de la incertidumbre y del temor, la providencia y el cuidado de Dios nos acompañan, porque su amor nunca termina.
Que continuemos siendo agentes de unidad, paz y esperanza para nuestras parroquias y para nuestras comunidades locales y generales. Sigamos animándonos unos a otros en oración y en solidaridad en el Espíritu.