Jesus Christ is risen, Alleluia, Alleluia!

by Bishop Joensen | March 31, 2024

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Dear Friends in Christ,

Easter Sunday recreates the world: darkness yields to light; sin is overwhelmed by surpassing grace; death is vanquished byBishop William Joensen the Spirit who raises Jesus and all who believe and hope in him. Love lives!

While Christ’s crucifixion initially leaves us groping for meaning, our love and longing for our Beloved Lord prompts us to hasten with the women and apostles to the tomb where the body was sealed. But the King who had fallen asleep in death is not there! The tomb becomes the portal of possibility for us to bask in the light of this Easter day, and to live each day as a new creation.

Jesus’ love unlocks human hearts so that we may no longer be held fast by fear, by complacency or sin. We keep covenant with Christ as we make our way to church to eat the bread become his Body, to drink the cup become his Blood. We emerge from there to search for Jesus’ concealed presence among the poor, the discouraged, the person rough around the edges who seems wary of believers, who’s been let down by those whose lives don’t seem to hang together with the message and the name of Christian. 

We join Jesus on the ultimate pilgrimage he makes as he goes before us to the Father. Along the way, there is much that love asks of us. Yet, with blessed hope throughout these fifty days of Easter, we are awed and assured that God’s love is forever for us. 

Love lives! Jesus Christ is risen, Alleluia, Alleluia! Happy Easter! 

Most Rev. William M. Joensen

Bishop of Des Moines  

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Queridos Amigos en Cristo,

El Domingo de Pascua transforma al mundo: la oscuridad se rinde ante la luz; el pecado es superado abrumadoramente por la gracia; la muerte desaparece ante el Espíritu que resucita a Jesús y a todos los que creen y que tienen esperanza en él. ¡El amor vive!

Aunque la crucifixión de Cristo nos deja inicialmente desesperados por su significado, nuestro amor y deseo de nuestro Querido Señor nos llama a apresurarnos con las mujeres y con los apóstoles hacia la tumba en donde estaba sellado el cuerpo. ¡Pero el Rey que se había quedado dormido en la muerte no está allí! La tumba se convierte en el portal de posibilidades para que podamos descansar en la luz de su día de Pascua, y para vivir cada día como una nueva creación.

El amor de Jesús remueve las cadenas del corazón humano para que ya estemos esclavizados por el temor, por la complacencia o por el pecado. Mantenemos nuestra alianza con Cristo cuando vamos a la iglesia a comer el pan que se convierte en su Cuerpo, a beber del cáliz que se convierte en su Sangre. Salimos de aquí para buscar la presencia oculta de Jesús entre los pobres, los descorazonados, las personas ásperas que parecen confiar en los creyentes, quienes se han decepcionado de aquellos cuyas vidas no parecen estar a la par con el mensaje y el nombre de la Cristiandad.

Nos unimos a Jesús en su último peregrinar cuando va delante de nosotros hacia el Padre. El amor pide mucho de nosotros durante el camino. Pero, aun así, con una bendecida esperanza durante estos cincuenta días de Pascua, nos maravillamos y estamos seguros de que el amor de Dios estará con nosotros para siempre.

¡El amor vive! ¡Jesucristo ha resucitado, aleluya, aleluya! ¡Felices Pascuas! 

Rvdmo. William M. Joensen

Obispo de Des Moines 
Bishop Joensen

The Most Rev. William M. Joensen, Ph.D. was ordained and installed in 2019 as bishop of the Diocese of Des Moines. Born in 1960, Bishop Joensen completed studies at the Pontifical College Josephinum in Ohio and was ordained a priest in 1989. He earned a doctorate in philosophy at The Catholic University of America in Washington, D.C. in 2001. He has served in parishes, as spiritual director at St. Pius X Seminary in Dubuque and in a variety of roles at Loras College in Dubuque.